Christian Dior no empezó su romance con el sur de Francia al comprar el château de La Colle Noire, en 1951, sino mucho antes. Fue en una localización bastante más humilde a cinco kilómetros del castillo decimonónico. Todo arrancó en los años treinta, cuando su apellido aún no era sinónimo de lujo, su familia acababa de arruinarse y su hermana pequeña, Catherine, todavía era adolescente. Fue en Callian, un bello pueblo provenzal que presume de bucolismo desde lo alto de una colina y en cuyas inmediaciones se ubica la granja a la que se trasladó la familia tras morir la madre.
Fuente: elpais.com