Hipólito (nombre ficticio) sufrió una caída en las escaleras mecánicas del Metro de Madrid en 2015. El pasajero reclamó entonces ante los tribunales una compensación por los daños. Una década después, la justicia le ha dado la razón. Y no porque consiguiese probar que se produjo el accidente, sino porque la compañía borró las grabaciones de videovigilancia que podían haber mostrado el accidente. Ante la falta de pruebas, la Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a la empresa pública a pagar 1.160,52 euros al afectado por no conservar los vídeos de seguridad que eran necesarios para esclarecer los hechos.
Fuente: elpais.com