Únicamente un genio de la comedia como Ernst Lubitsch podía contar de una forma tan ligera como certera que uno de los talones de Aquiles del comunismo fue, ay, el consumismo. Un fetiche, en este caso un sombrerito puntiagudo, pone en jaque a Ninotchka, la rígida comisaria política soviética interpretada por Greta Garbo que, enviada por el partido, viaja a París desde Moscú para investigar qué ha pasado con tres camaradas que intentan vender las joyas expropiadas a una insoportable aristócrata rusa exiliada.
Fuente: elpais.com