Xabi Alonso utilizó 15 jugadores contra el Celta, y todos menos Álvaro Carreras y Gonzalo García (salió en el minuto 75) ya estaban la temporada pasada con Carlo Ancelotti. El Madrid vive hace un año y medio en una espiral involutiva donde todos los males se repiten de forma machacona: juego empantanado, un centro del campo incapaz de imponerse, naufragios habituales ante equipos encerrados, presión desajustada o inexistente, poca intensidad y, para colmo, una desgraciada catarata de lesiones en defensa (cuatro meses de baja de Militão). El club pasó del exitoso paternalismo de Carletto a la pizarra y el orden del técnico vasco, pero entonces añadió un nuevo problema: la falta de feeling entre algunas estrellas y el tolosarra, cuya autoridad en el vestuario quedó gravemente dañada desde que la entidad fue comprensiva con el desafío público de Vinicius en el clásico.
Fuente: elpais.com