Todo preparado. Cada uno en su sitio. Entonces el director, Giuseppe Tornatore, se puso tras la cámara: “¡Acción!”. Un abogado salía de la Corte de Nápoles, dos mafiosos se acercaban con una moto y le acribillaban las piernas. Ficción, pero inspirada en un suceso real. Y en la guerra criminal que sacudía de verdad la ciudad en esos mismos años, los ochenta. Tanto que, al oír los disparos, varios transeúntes se pusieron a gritar; hubo vecinos que corrieron al balcón. Y, desde el último piso del tribunal, dos policías apuntaron sus metralletas hacia los sicarios en fuga. Solo un aviso gritado por megafonía, como recuerda un jovencísimo Tornatore en un viejo vídeo del Archivo Luce, evitó problemas aún mayores. Aunque para la serie que filmaban, El camorrista, las dificultades solo acababan de empezar: afrontó escándalos, pleitos, secuestros. Pudieron terminarla, pero no estrenarla: del plató fue directa a un cajón de los estudios Titanus. Ahí se pasó cuatro décadas oculta, inédita y, poco a poco, olvidada. Hasta ahora.
Fuente: elpais.com