Giuliano Simeone (22 años) comenzó esta temporada bajo una presión distinta a la anterior, en la que tuvo que demostrar que su inclusión, primero en el plantel y después en el once titular, no era un caso de nepotismo que pudiera afectar tanto al rendimiento del equipo como a la convivencia en el vestuario. De lo primero se ocupó él mismo con sus prestaciones; en lo segundo contó con la colaboración de Koke y Antoine Griezmann, que le apadrinaron. “Nadie le ve ya como el hijo del entrenador, se ha ganado el respeto. Disipó las dudas muy rápido y eso vino bien a todos”, advierten fuentes del Atlético próximas al vestuario. “Tiene una buena relación con sus compañeros y eso es lo que más contento me deja en el trayecto que acompañamos como padre e hijo”, expresó Simeone después de una brillante actuación ante el Sevilla.
Fuente: elpais.com