Después de conseguir inocular el virus de la Fórmula 1 a quienes no tenían ni idea de qué era el DRS o el efecto que tiene un rebufo, Liberty Media, el promotor del Gran Circo, parece que se ha propuesto mantenerlos enganchados a base de complicarles la vida para que todo lo que han aprendido no sirva de nada. Al día siguiente de que Lando Norris le devolviera la gloria a McLaren 17 años después de la última vez, el campeonato vuelve a encarar el abismo: el nuevo reglamento que entrará en escena en 2026 debe suponer una de las mayores sacudidas en la historia del certamen y, en consecuencia, una puerta abierta por la que algún invitado inesperado pueda plantar su trasero en la mesa en la que últimamente solo se ha sentado Mercedes —siete títulos consecutivos entre 2014 y 2020—, Red Bull —cuatro más, entre 2021 y 2024— y, desde este domingo en Abu Dabi, también la escudería de Woking (Gran Bretaña). Al igual que hace cuatro años, fecha en la que se introdujo la normativa que caducó ayer, son muchos los que tienen la sensación de que la música cambia de ritmo cuando está en pleno subidón. El trepidante desenlace de la última gresca a tres que mantuvieron Norris, Max Verstappen y Oscar Piastri merecería una prórroga, pero el panorama que se presenta a la vuelta de la esquina parece todavía más explosivo. Sobre todo, para aquellos que no hayan hecho los deberes, que son una montaña.
Fuente: elpais.com