Al momento de luz que todos esperaban sucedió de inmediato un apagón. El pasado sábado el Liverpool, errático campeón vigente de la Premier League, ganó en casa del Tottenham (1-2) un partido que se comenzó a decantar con un gol fabricado por sus dos futbolistas más aguardados y criticados, Florian Wirtz y Alexander Isak. El club desembolsó casi 290 millones de euros por ellos, una pareja que hasta ahora pasaba de puntillas por la temporada. “No tengo una respuesta sobre lo que ocurre”, había despejado la semana anterior el delantero sueco de origen eritreo. Wirtz, un mediapunta al que se rifaron los grandes de Europa tras exhibirse en el mejor Bayer Leverkusen de la historia, no había marcado en toda la campaña y apenas sumaba un par de asistencias. Isak no había logrado jugar un partido entero en el curso y aportaba apenas un gol. En el estadio del Tottenham al fin conectaron, pase del alemán y remate a la red del sueco… mientras recibía una dura entrada del zaguero Micky Van de Ven. No celebró el gol, solo se retorció de dolor. Tenía una lesión en el tobillo que incluía el peroné del pie izquierdo fracturado y acabó en el quirófano. Arne Slot, su entrenador, cree que con suerte puede reaparecer antes de que finalice la temporada.
Fuente: elpais.com