En Madrigueras, un pueblo manchego de poco más de 4.500 habitantes, una pareja de recién casados encendió en los años setenta una máquina de tricotar sin imaginar que medio siglo después su empeño acabaría dando lugar a una marca de pantalones vaqueros cuya calidad alaban en Nueva York y que acaba de abrir una tienda en pleno centro de Madrid. Capitán Denim no nació de un plan de negocio, sino de la ilusión de Paz y José María, que cambiaron el punto por el tejido vaquero y se esforzaron por conocer y controlar todo el proceso de producción de un par de jeans, desde el inicio hasta el lavado. Hoy, sus hijos, Juan, Oto y Chema, recogen ese legado y lo empujan hacia el futuro.
Fuente: elpais.com